Los meniscos de la rodilla

Los meniscos de la rodilla

La lesión de meniscos es la más frecuente en la rodilla. Es terriblemente habitual en el deporte, pero también puede producirse en otro tipo de actividades cotidianas, ya que no requiere un mecanismo muy potente para producirse.

El ser tan frecuente ha hecho que se hayan producido muchos avances en el diagnóstico y tratamiento de Fisioterapia de la lesión de los meniscos de la rodilla, siendo el tratamiento de Fisioterapia el tratamiento más efectivo y que suele evitar la intervención quirúrgica a no ser que haya desprendimiento meniscal.

Mecanismo lesional de los meniscos de la rodilla:

En personas jóvenes la causa más frecuente es traumatismo indirecto, mientras que en personas de más edad es habitual que se produzca por causa degenerativa. Es más frecuente la lesión del menisco interno (veinte veces más frecuente que la de menisco externo).

En cuanto al mecanismo indirecto es el clásico del mundo del deporte. Seguro que todos tenemos en mente la imagen de ese deportista que salta y, al caer, se lleva las manos a la rodilla. En el fútbol por ejemplo es muy típico que se produza al intentar realizar un regate, donde gira la rodilla y el cuerpo pero el pie se queda fijo en el suelo. También ocurre en todos los deportes con giros de rodilla como baloncesto, tenis, padel, etc…

Sintomatología de la lesión de menisco

– Dolor en la interlínea articular, sobre todo al mover la rodilla o tratar de caminar. El dolor será más intenso al palpar la zona interna o externa, dependiendo del menisco que esté lesionado.

– Dolor sobre todo en movimiento que obligue a flexión completa de rodilla.

– Imposibilidad de ponerse en cuclillas.

– Imposibilidad de ponerse de rodillas.

– Dificultad en subir y bajar escaleras.

– Dificultad en subir y bajar pendientes pronunciadas.

– Flexo de rodilla.

– Inflamación debido al derrame intraarticular.

– Bloqueo articular.

– Crepitación.

En fase aguda, es decir, al poco tiempo de producirse la lesión) es más típico el dolor localizado y bloqueo de la articulación. En fase crónica (cuando ya ha pasado un tiempo desde la lesión) puede aparecer un dolor vago, impreciso, además de dificultad para mover la rodilla, caminar y otras actividades. También se produce chasquidos o sensación de cuerpo extraño intraarticular. Además, puede ocurrir hipotrofia (falta de fuerza) en el cuádriceps.

Estos son algunos de los síntomas de esta lesión. No tienen por qué presentarse todos, y algunos pueden deberse también a otras patologías.

Existen otras lesiones de rodilla que pueden tener sintomatología parecida, por lo que habrá que hacer pruebas específicas, tanto de exploración como pruebas de diagnóstico por imagen para obtener un diagnóstico preciso de la lesión.