Lesiones en el running

Lesiones en el running

Hoy vamos a hablar del temido y recurrente esguince lateral de tobillo, ¿quién no ha tenido alguno en su vida?.

Lo primero que debemos saber es que estamos hablando de la típica torcedura en inversión del pie, y que por tanto, no solo va a afectar a los ligamentos (son los que le ponen el nombre y el grado al esguince, es decir, hablar de esguince de tobillo es en realidad incorrecto, lo propio sería nombrarlo, por ejemplo, como «esguince grado II del ligamento peroneoastragalino anterior») si no también los tejidos blandos de todo el pie y a además suelen dejar secuelas articulares como la anteriorización del astrágalo y/o la inferiorización del escafoides.

Los ligamentos que se suelen afectar en prácticamente todos los casos de torcedura externa del tobillo son:

– Ligamento peroneoastragalino anterior.

– Ligamento peroneocalcáneo.

En este tipo de lesiones se afecta uno o varios ligamentos. El mecanismo lesional suele ser un movimiento que va más allá del arco de movimiento normal de la articulación (por lo que la cápsula articular sufre una irritación muy importante también). Los ligamentos se encargan de dirigir y limitar el movimiento, por lo que un movimiento en una dirección o amplitud anormal provocará daños de distinta consideración en los ligamentos. Dependiendo de la gravedad de los daños, se suelen hacer la clasificación del esguince.

La clasificación puede ser anatómica o patológica. En la clasificación anatómica, se hace referencia a los ligamentos afectados por la lesión, mientras que en la clasificación patológica se hace dependiendo de la gravedad del daño ocasionado. Ésta última es la más utilizada, y se presenta a continuación:

Esguince de grado I: Distensión o elongación. Se produce estiramiento del ligamento o ligamentos, pero sin producirse rotura de fibras.

Esguince de grado II: Rotura parcial. Se rompen algunas fibras del ligamento.

Esguince de grado III: Rotura completa de las fibras del ligamento.

Por todo esto es muy importante el Tratamiento de Fisioterapia, teniendo en cuenta que hay que tratar el ligamento dañado, los tejidos blandos afectados y las secuelas producidas por la defensa de nuestro cuerpo ante esta lesión. Podríamos decir que ninguna torcedura de tobillo se recupera sola, prácticamente en todos los casos necesita del tratamiento de Fisioterapia, sobre todo para acortar los plazos y para evitar otras lesiones derivadas.