Hola Chic@s, hoy vamos a seguir hablando de las contracturas, y para ello vamos a hablar de las causas más frecuentes de aparición.

Las causas más frecuentes de las contracturas son:

Pedirle a nuestro músculo más de lo que puede dar, en este caso la mayoría de las veces nos referimos al sedentarismo y la falta de “costumbre” de hacer cualquier esfuerzo muscular, aunque también puede pasar en personas con una buena actividad muscular y que esporádicamente se le exija a sus músculos esfuerzos extremos.

Envejecimiento muscular, es un proceso natural que al cumplir años vayamos perdiendo elasticidad, flexibilidad y capacidad muscular y por tanto es más frecuente las contracturas en personas mayores. A este envejecimiento muscular pueden afectar y acelerar el proceso algunos tóxicos como el alcohol, el tabaco, etc y algunas conductas como el sedentarismo.

Estrés, lo que conlleva que estemos con contracciones mantenidas que pueden favorecer a las contracturas.

Algunos hábitos y trabajos como los que nos llevan a tener posturas mantenidas o a hacer esfuerzos explosivos.

Deportistas, como es lógico, las personas que practican un deporte concreto, en el que se repiten movimientos sucesivos de una forma continuada, son susceptibles de sufrir esta lesión. El nivel del deportista y el grado de exigencia deportiva serán los factores determinantes que marcarán la frecuencia de la aparición de las contracturas y el grado de gravedad de las mismas. Así, un deportista ocasional y poco exigente no sufrirá las mismas lesiones que un competidor de élite.

Pinzamientos vertebrales, es decir, que una raíz nerviosa se vea comprometida al salir de la médula por presión articular entre dos vértebras. Lo que puede provocar que la señal neurológica que llega al músculo proceda del Sistema Nervioso Central o que vuelva hacia éste con información “truncada” por el pinzamiento, por lo que la señal que llega y la información que sale no es correcta y por tanto favorece esta lesión.