Qué gran verdad aquello que cantaba «Pata Negra»: «Todo lo que me gusta es ilegal, es inmoral…o engorda». Y es que ¿A quién no le gusta una taza de café? ¿O unas oncitas de chocolate después de comer? ¿O una tapa de queso con un vinito? ¿O unos macarrones con su tomatito frito y su queso rallao…? ¿Y las pizzas??… Si hasta Telepizza cotiza en bolsa!!!
Bueno, pues sin ánimo de amargar mucho la fiesta, es bueno que usted sepa, querido lector, que estos tres alimentos (el café, el chocolate y el queso… vamos, lo que pone en el título bien grande) son causantes de mucho dolor muscular. Así que si a Vd. le duele algo en este momento, y es consumidor habitual de estas delicatessens, quizá deba cortarse un poquito.
Y esto, ¿por qué?. Bueno, sin meternos en demasiadas complejidades bioquímicas, diremos que estos tres alimentos precisan de la producción biliar para su digestión, es decir, cada vez que los comemos y bebemos, estamos dándole trabajo al hígado y a la vesícula biliar. Muuuucho trabajo.
Como todo en esta vida, si esta situación es algo excepcional, pues no pasa nada. El cuerpo tira «palante» sin problema. Pero si es algo que todos los días se repite (y en algunos casos, incluso varias veces al día), estamos ante una situación de estrés hépato-biliar, que no se engañe, pronto comenzará a dar señales de agotamiento, y no necesitará de analíticas para confirmarlo.
Una de las señales que aparece, y que raramente lo podemos atribuir al consumo de estos productos, es el dolor muscular.
El hígado, nuestra gran fábrica química, debe encargarse del suministro de glucosa a los músculos; la glucosa es la que permite a los músculos contraerse… y no lo olvidemos, también relajarse. Para que el músculo se pueda estirar, se pueda alargar, necesita energía… necesita un aporte correcto de glucosa. Si éste es deficitario, el músculo se retraerá, se encogerá y se contracturará: aparecerá entonces el dolor.
Pues ya está: si consumimos mucho café, queso y chocolate, llegamos al estrés hépatobiliar, llegamos a una mala planificación del metabolismo de la glucosa y finalmente a un músculo mal alimentado y contracturado.
Para recuperar el metabolismo hepático y ayudar también a la buena alimentación muscular, una vez subsanado el consumo excesivo de estos alimentos, en el Centro de Fisioterapia Antonio Roldán le recomendamos el empleo de la Acupuntura Pialoux, que ayudará a la desaparición del dolor con mayor celeridad.
Y nada más. Un fuerte abrazo para todos.