Hoy vamos a hablar de los baños de contraste, que es una de las técnicas más antiguas de la hidroterapia (y por tanto de la Fisioterapia), pero no por ello menos efectiva ni menos usada.
Los baños de contraste por definición son una técnica de hidroterapia que utiliza de manera alternante agua caliente y fría provocando vasodilatación y vasoconstricción cutánea para mejorar la circulación sanguínea. Los hay de varios tipos, pero el que se suele utilizar con más frecuencia es el de drenaje venoso y linfático en las partes más distales de las extremidades, como por ejemplo en esquinces en tobillos, fracturas en pie o manos, contusiones en dedos, etc.
Hay cuatro premisas a tener en cuenta en este tipo de Baños de contraste:
– La temperatura del agua caliente debe ser superior a 40 grados centígrados (pero que no llegue a quemar) y la temperatura del agua fría debe ser inferior a 10-12 grados centígrados (normalmente agua con cubitos de hielo)
– El volumen de agua debe cubrir sobradamente la zona a tratar.
– El tiempo en el agua caliente debe ser al menos tres veces mayor que en el agua fría.
– Siempre empezaremos y terminaremos por agua caliente.
Por estas premisas siempre aconsejo a mis pacientes la siguiente secuencia:
– 3 minutos en agua caliente.
– 1 minuto en agua fría.
– 3 minutos en agua caliente.
– 1 minuto en agua fría.
– 3 minutos en agua caliente.
– 1 minuto en agua fría.
– 3 minutos en agua caliente.
En total son 15 minutos.
Por último debéis saber que no todas las lesiones distales se pueden tratar con este tipo de técnica y que vuestro fisioterapeuta es el que debe indicar si la técnica se debe hacer o no.