Tortícolis y síntomas digestivos en el bebé, RETROGNATIA y bloqueo del HIODES incluido…

Tortícolis y síntomas digestivos en el bebé, RETROGNATIA y bloqueo del HIODES incluido…

Hola a tod@s. Hoy vamos a explicar cómo una tortícolis puede provocar síntomas digestivos en el bebé (reflujo, regurgitación, disminución de la frecuencia de las deposiciones, gases, disquecia) y su relación con la retrognatia.

Empezaremos por un leve recordatorio teórico y anatómico, y es que la tortícolis congénita es un problema relacionado directamente con un músculo en concreto, el esternocleidomastoideo.

Este músculo se origina en el esternón, pasa por la clavícula y termina en la apófisis mastoides del hueso temporal (sí, otra vez el ¡HUESO TEMPORAL!).

Una tortícolis congénita no es un dolor en el cuello ni una contractura como coloquialmente suele entenderse; una tortícolis es un acortamiento en uno de los dos esternocleidomastoideos, es decir, uno de estos dos músculos (el izquierdo o el derecho) es más corto que el otro. Se genera entonces más tensión en un lado y se“tuerce el cuello”, de tal manera que el bebé presenta una lateroflexión hacia ese lado y una rotación hacia el lado contrario (en algunos casos menos frecuentes se puede producir una paradoja anatómica y presentarse un posicionamiento anatómico distinto según las fibras que estén acortadas). Esto ya puede provocar signos mecánicos claros en el bebé como plagiocefalia (por estar normalmente con la misma posición y por tanto aumentar la presión en una región craneal concreta), dificultad para coger alguno de los pechos (por incomodidad al intentar estirar el músculo acortado para poder colocar la boca al mamar), fibromatosis de Colli, etc etc.

¿Y por qué esta situación puede llegar a provocar problemas digestivos? Vamos a ello: el hueso temporal tiene en su parte posterior e inferior una protuberancia que es la apófisis mastoides, y ahí es donde el esternocleidomastoideo se inserta en la cabeza; al tener gran tensión en esa inserción puede provocar una traslación posterior de este y por tanto bloquea la articulación temporomandibular haciendo que la mandíbula se nos coloque hacia posterior, es decir provocando una RETROGNATIA, AHORA YA ME VAIS SIGUIENDO, ¿VERDAD? Una retrognatia funcional que puede provocar que la lengua sea incapaz de anteriorizarse (no podemos olvidar que el movimiento de la lengua está condicionado por el movimiento de la mandíbula), es decir, el bebé no puede “sacar la lengua” todo lo que necesita, y por tanto se le limita la posibilidad de “ordeñar” (es necesario adelantar la lengua, llegar a la parte posterior e inferior del pezón y después elevar la lengua y retraerla para que el ordeñe sea efectivo). Si además el bebé tiene un frenillo, el movimiento de la lengua es del todo deficiente pues la retrognatia le impide adelantarla y el frenillo ascenderla, complicando la digestión e incluso la respiración.

También deberíamos destacar algunos aspectos sobre todo relacionados con la alteración de movilidad del HUESO HIOIDES, pues no podemos olvidar que la lengua, los esternocleidomastoideos y la mandíbula tienen inserciones musculares en este hueso (entre otras) por lo que la cosa se va complicando cada vez más, teniendo en cuenta que este hueso toma mucho protagonismo en el movimiento de la faringe, laringe, y por supuesto en el movimiento peristáltico digestivo.

Necesitamos hacer una aclaración fisiológica, y que incumbe a los movimientos peristálticos, que son contracciones musculares lisas (involuntarias) sísmicas que van desde la lengua hasta el ano y que nos ayudan a que el bolo alimentario transcurra en un solo sentido y no en sentido contrario. En los adultos tiene menos protagonismo porque la bipedestación, la contracción de la musculatura de la faja abdominal y la voluntad, hace que podamos ayudar bastante al tránsito intestinal; en cambio los bebés solo poseen esos movimientos ( y algún reflejo) para que la leche que toman vaya pasando en sentido de boca, faringe, esófago, estómago, intestino delgado, intestino grueso, recto y ano. Por tanto el movimiento deficiente de la lengua hace que los movimientos peristálticos estén muy disminuidos: si la lengua se mueve poco el peristáltismo es deficiente, y por tanto empezamos ya a entender algunos problemas que aparecen cuando esto ocurre:

 

  • El bebé empieza a tener regurgitación al ser poco eficiente el “empuje” en sentido boca-ano.
  • Las deposiciones pueden ser menos frecuentes (no es estreñimiento, la cantidad de agua en las heces es normal, no son cacas “duras”).
  • Puede tener muchos gases porque le cuesta expulsarlos.
  • Puede aparecer un ronquido espiratorio por el bloqueo del hioides (no debe preocuparnos porque es solo al espirar y no al inspirar).
  • Aparece con frecuencia el reflejo gastrocólico al acumularse gas en el esófago (el niño cabecea al coger el pecho o el biberón haciendo incluso hiperextensiones de cuello).
  • El hipo aparece con frecuencia y además suele durar mucho tiempo (también está intentando que el hioides y la lengua se muevan).
  • Aparece temblor mandibular para intentar desbloquear la mandíbula (tirita como si tuviera frío)
  • Disquecia, el bebé tiene auténticos retortijones para intentar expulsar las heces y relajar el esfínter anal.
  • Etc…

 

Bueno, podríamos seguir hablando bastante más de todos esto pero supongo que ya me he puesto muy pesado y se está haciendo este artículo muy tedioso. Espero al menos que hayáis podido entender esta relación entre tortícolis, retrognatia, bloqueo de hioides y síntomas digestivos en nuestros bebés. Si necesitáis algo más estaremos encantados de atenderos en nuestro Centro de Fisioterapia Antonio Roldán.

Antonio Roldán

Fisioterapeuta Col. Nº 1392